¿Hay animales en peligro de extinción? “Sííííííí” y personas? Así empezamos la temática de esta semana, intentando aproximar nuestrxs participantes a una de las polémicas más relevantes que está sufriendo el barrio. Sin embargo, descubrimos que les era más cercana la idea de animales en peligro de extinción que la posibilidad de un vecindario que puede llegar a extinguirse. Para seguir reflexionando, invitamos a Cris del colectivo de Ciutat Vella: Veïnat en Perill d’Extinció que nos acercó a esta realidad en el propio centro de la ciudad donde viven.
Para dar importancia a este encuentro decidimos montar el escenario de una entrevista. Así repartimos cámaras, grabadoras de audio, cuadernos y bolígrafos, además de los roles de camarógrafo, de técnico del sonido y de periodista. Ahora bien, había una cosa que teníamos que compartir. El silencio. Las diferentes edades que tiene nuestro grupo, muchas veces, se transforma en diferentes energías y necesidades. La dicotomía entre los «peques-peques» y los «peques-mayores» a veces se amplía y la única solución es dividir el grupo. De esta manera, dado que algunos no podrían concentrarse y no dejaban tampoco a los demás decidimos a salir al parque con los más pequeños y dejar espacio al resto para hacer la actividad.
Intentamos turnar los papeles de la entrevista para que todxs pudieran participar en el proceso y la verdad es que se involucraron de una forma bastante homogénea. Todos las temáticas que dialogamos estaban dentro del imaginario del equipo, no obstante, no llegaban a materializarse como conflictos, sino que se quedaban a los márgenes de su realidad. Las dos reflexiones que les ayudaron a tomar tierra estos conceptos, fueron la de la soledad y la de la comunidad. La problemática que surge cuando una persona se ve obligada a dejar su piso porque termina su contrato y de manera indirecta le están expulsando de su hogar se entiende, pero, como todo, ¿qué pasa si todas las personas se van de esta forma y solamente se queda unx vecinx en la finca?. Casi todxs compartían la imagen de ancianxs aisladxs y alienadxs en fincas que están llenas de apartamentos turísticos y Airbnbs. Este tipo de soledad nos llevó a la siguiente reflexión interesante y el único antídoto para combatir este tipo de distanciamiento vecinal es la comunidad. Cris nos enseñó cómo se pueden crear herramientas vecinales para preservar y arreglar los lazos sociales que nuestra actualidad ataca tanto. La comunidad es el único generador de relaciones sociales y el único escudo que podemos utilizar cuando esto ocurre.