“¡Estará en la plaza!”, dijo S. con el entusiasmo que le caracteriza, ella estaba segura de que el lagarto podría estar en la fuente de la plaza porque claramente a este animalillo que andamos buscando le gusta el agua.
En este grupo no hemos puesto nombre al animal, ni tampoco hemos dicho cómo era, tampoco lo han necesitado, esto ha hecho que sobre el papel aparecieran múltiples y diversas representaciones del lagarto.
Marc trajo unos sombreros que al salir del lugar de las puertas amarillas se nos volaban, (tal como le llama N. al Centre Municipal de Joventut de Benimaclet, situado frente a su colegio: “mamá, ¿cuándo vamos a ir al sitio de las puertas amarillas?”).
Estos sombreros nos ayudaron a ir juntes y poner atención a nuestros cuerpos recorriendo el espacio. Con nuestras indumentarias fuimos entrando a diferentes comercios del barrio, entre los que se encontraban la papelería Benipaper en la que nos recibió Santiago, de camino a la plaza de Benimaclet encontramos numerosos agujeros en los que podía encontrarse la lagartija, el alcantarillado, los techos, los desconchados de las paredes viejas de Benimaclet, las baldosas, las grietas, y algún que otro golpe sobre las superfícies que dejábamos atrás eran candidatas de ser escondites para este bicho.
Cantamos: ¡S’ha amagat el fardatxo el fardatxo s’ha amagat el fardatxo en un forat!
Los agujeros los vemos a través de unas lupas que hay que compartir, el instrumento a través del que veo ahora el mundo se convierte en un elemento de control y poder que, seguramente, no por casualidad los niños toman con mayor decisión y soltura frente a las niñas, algo que nos hace estar alerta a los roles de género del grupo.
De pronto un banco en la calle era una casa, como cuando jugamos al escondite y tocamos madre, nos sirve para pararnos, subirnos y ver desde otra perspectiva este lugar.
Cualquier rincón, cualquier momento es juego, cualquier instante es una oportunidad para crear un mundo de fantasía desde lo que las calles nos ofrecen, y no hace falta nada más, todo está por descubrir.
Ocupamos la plaza poco a poco, y vamos a la fuente, el agua, la abundancia, las posibilidades surgen, necesitamos tocarla. Alrededor hay tierra y árboles constreñidos por el perímetro de una valla decorativa, que delimita nuestro juego. Y en lo indefinido encontramos las posibilidades de juego más interesantes, ¡pues ha aparecido otro agujero! Se trata de un agujero hecho de metal, nos asomamos y ¡oh, pero si es una escalera secreta! Es una escalera que se encuentra escondida en una tapia, de no habernos asomado con la curiosidad de la infancia jamás hubiéramos sabido que bajo suelo hay unas escaleras que te llevan no sabes dónde. Y es que la literalidad nos hace mucho daño. Este grupo nos permite ir descubriendo a cada paso, lo posible, lo indefinido, lo que está por llegar y no es, o es renombrado.
En ocasiones necesitamos como adultes el origen y sentido de las cosas, pero vemos que estas orejas no quieren oir esto, quieren imaginar, descubrir, y entrar en los nuevos mundos que cada detalle les ofrece. Tal vez sea el cuerpo el que tiene que hablar ahora, también el nuestro. Tal como dijo Elisa, a veces hay que hacer antes que hablar.
Una de sus conquistas del espacio consiste en introducir por el agujero de una de las alcantarillas de “AGUA POTABLE” las pinochas de los pinos que cayeron días atrás, poner el foco en lo sencillo es una de sus expresiones más comunes que como adultes nos hacen repensarnos.
A la vuelta al sitio de las puertas amarillas, nos encontramos con un mapa de la Comunidad Valenciana y A. tiene mucho interés en saber qué son todos esos caminos por recorrer, todavía no lo sabe interpretar pero seguramente este interés guarda relación con esta exploración que andamos desarrollando.
Les adultes nos preguntamos hasta qué punto este mapa sensorial y emocional suyo, es una necesidad adulta y que por tanto debemos interpretar o se trata de una representación que elles deben plasmar, ¿hasta dónde llega nuestra interpretación? ¿y nuestra traducción? ¿cuáles son sus inquietudes? ¿cuál es el idioma de los mapas para las infancias?